Conviene recordar que no es lo mismo un recurso que una actividad.
Un recurso es un medio, una actividad es una acción (un conjunto de operaciones o tareas).
Las actividades pueden considerarse recursos pero no todos los recursos serán actividades.
En el ámbito educativo: las actividades están dirigidas al alumnado y persiguen unos objetivos concretos, los recursos pueden o no estar dirigidos al alumnado, y los objetivos de estos no tienen porque ser educativos (pueden tener valor educativo).
"Las actividades son una unidad elemental del proceso de enseñanza/aprendizaje (....) Las actividades son el medio para movilizar el entramado de comunicaciones que se pueden establecer en clase (....) Las actividades, a pesar de concentrar en ellas la mayoría de las variables educativas que intervienen en el aula (...), pueden tener un valor u otro según el lugar que ocupen respecto a las otras actividades, las de antes y las de después, esto es la secuencia de actividades o secuencia didáctica" (La práctica educativa. Cómo enseñar - Zabala).
Cada vez disponemos de más recursos y estos son más accesibles, sin embargo para transformar los recursos en actividades educativas hace falta desarrollar un trabajo que es, al menos desde mi punto de vista, el propio del profesorado. Tenemos muchos recursos a nuestra disposición, pero no tantas actividades (por lo menos de algunos tipos) y menos aún contrastadas en el aula.
El reto es integrar recursos en actividades y ponerlas a disposición de la comunidad educativa, de tal manera que cada profesor/a, en función de sus alumnos y contextos, pueda proponer sus propias secuencias didácticas adaptadas a cada caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario